Vivimos en una sociedad que nos enseña que belleza, talento y éxito
son igual a AMOR. Es decir, que entre más bonita seas, más talentosa y
atractiva, mejor te irá en el amor. Entonces, como mujeres nos sentimos
presionadas a enfocarnos en lo físico, nos ponemos a dieta, nos vamos de
compras, invertimos en maquillaje y cremas…pero eso no lo es todo. Nadie se
enamora de verdad si no admira lo que la otra persona es y no sólo su aspecto. La
atracción física puede servirte para captar la atención de alguien pero no
garantiza nada a largo plazo. Contrario a lo que pensamos, lo perfecto no
enamora. Lo que realmente logra que la otra persona se sienta conectada es
atreverte a ser tú, mostrar tu luz, ser auténtica, perder el miedo a cometer
errores…
Así que no tengas miedo, no tienes que pesar 45 kilos ni medir 1.80
mts, todas tenemos algo que nos hace únicas. Ser diferente no es ser mejor ni
peor ni rara: ser diferente es ser tú misma. Ser tú, con todo lo
que eso implica: lo bueno y lo “malo”. Saber que no te define tu cuerpo, ni lo
que opinen de ti, te definen tus acciones.
Ponle amor,
La Chica Bien