Tal vez llevas días o semanas haciendo changuitos para
obtener algún trabajo, para que el chico que te trae loca te llame, para lograr
esto o lo otro. Y has intentado de todo,
ya prendiste la vela, el incienso, te visualizaste, afirmaste y decretaste a
más no poder y aún así no se ha dado.
Cualquiera que sea la situación, momentos como este nos
permiten evolucionar y trabajar aspectos como paciencia y mi favorito: “el arte
de dejar ir”.
Saber cuándo debemos seguir insistiendo y cuándo es tiempo
de rendirnos es muy importante ya que
una vez identificamos la diferencia es más fácil enfocarnos en cosas que valen
la pena y que realmente tenemos el potencial de cambiar. Dejar ir representa madurez y aprender a
hacerlo requiere de práctica. Se trata
de elegir sentirnos en paz soltando el control de las situaciones.
Una de mis frases predilectas en tiempos de ansiedad es: “La felicidad es como una mariposa. Cuanto más
la persigues, más huye. Pero si vuelves tu atención hacia otras cosas, ella viene
y suavemente se posa en tu hombro.” Thoreau
Creo que todas en
algún momento nos hemos obsesionado con alguien o algo. Estar revisando el
celular o el correo electrónico cada dos segundos no hará que la respuesta
llegue más rápido. Y esto no significa que no debes dar lo mejor de ti, se
trata de hacer nuestra parte y dejarlo ir.
Es cuestión de soltar las expectativas y la obsesión por
equis resultado. Fija tu intención y confía en que todo lo que sucede siempre
es para tu bien. No lo forces, puede haber algo para ti aún mejor de lo que
esperas. Deja que la vida te sorprenda.
Te dejo una frase muy linda:
“Aquellos que están seguros del resultado pueden esperar y
esperan sin ansiedad” –Un curso en Milagros.
Inpirado en las enseñanzas de la fabulosa Mia Astral (miastral.com)
Ponle amor,
La Chica Bien